Fecha: Febrero 2010
Lugar: Lanús
Comentario:
Los derechos de los niños no se toman vacaciones”. Ese es el nombre del Programa de Verano que la Universidad Nacional de Lanús (UNLa) desarrollará en su campus académico hasta el 26 de enero. Su objetivo es posibilitar el acceso de chicos de hogares de escasos recursos a actividades culturales deportivas y recreativas gratuitas, en el marco de la difusión de la Convención Internacional de los Derechos del Niño. La idea base es que, además de pasar un día de recreación al aire libre, los pibes conozcan sus derechos y tengan un primer acercamiento a la Universidad pública.
Por otra parte, el viernes que viene habrá celebración del Día de Reyes Magos con entrega de juguetes y shows de magia.
Durante el programa las 25 hectáreas de la UNLa recibirán grupos de 200 chicos de 5 a 12 años, por día, de lunes a viernes, de 13.30 a 18.30, que practicarán deportes, harán actividades culturales y recibirán un refuerzo de almuerzo y una merienda. Además de los talleres recreativos, los chicos verán espectáculos artísticos y recibirán revistas escolares. Y a algunas escuelas se les entregarán sets bibliográficos con textos de apoyo escolar, enciclopedias, atlas y diccionarios.
Los talleres que los chicos aprenderán son de dibujo, juegos y percusión (a cargo de integrantes del grupo La Chilinga), mientras que profesores de educación física les enseñarán iniciación de práctica deportiva (con pelotas de rugby, fútbol, etc) y tae-kowndo. “Los elegimos porque, por lo general, son deportes a los que estos chicos no tienen acceso. Queremos que conozcan cosas que tiene limitadas por su estado económico y social ”, explican los coordinadores del programa.
Durante el programa las 25 hectáreas de la UNLa recibirán grupos de 200 chicos de 5 a 12 años, por día, de lunes a viernes, de 13.30 a 18.30, que practicarán deportes, harán actividades culturales y recibirán un refuerzo de almuerzo y una merienda. Además de los talleres recreativos, los chicos verán espectáculos artísticos y recibirán revistas escolares. Y a algunas escuelas se les entregarán sets bibliográficos con textos de apoyo escolar, enciclopedias, atlas y diccionarios.
Los talleres que los chicos aprenderán son de dibujo, juegos y percusión (a cargo de integrantes del grupo La Chilinga), mientras que profesores de educación física les enseñarán iniciación de práctica deportiva (con pelotas de rugby, fútbol, etc) y tae-kowndo. “Los elegimos porque, por lo general, son deportes a los que estos chicos no tienen acceso. Queremos que conozcan cosas que tiene limitadas por su estado económico y social ”, explican los coordinadores del programa.
EL PROGRAMA
El programa se inició en el año 2000 y ya pasaron por él unos 15 mil chicos del distrito. Y otro de sus objetivos es que los chicos perciban a la casa de estudios como algo cercano, un sitio que resulte ser el disparador de sus aspiraciones. Aunque por ahora la ven como “la escuela grandota, para gente grande”. Los organizadores esperan que esta perspectiva se vincule con que todavía “son muy chiquitos. Esto habla de que ya adquirieron la idea de que hay algo más. Ya saben lo que es la universidad”.
La iniciativa, a su vez, forma parte de un proyecto de investigación cuya dirección está a cargo de la Dra. Ana Jaramillo, rectora de la UNLa. La hipótesis del trabajo es que se puede fortalecer la capacidad de resiliencia de los niños en situaciones socio-económicas desfavorables a través de programas socio-culturales y pedagógicos.
El programa se inició en el año 2000 y ya pasaron por él unos 15 mil chicos del distrito. Y otro de sus objetivos es que los chicos perciban a la casa de estudios como algo cercano, un sitio que resulte ser el disparador de sus aspiraciones. Aunque por ahora la ven como “la escuela grandota, para gente grande”. Los organizadores esperan que esta perspectiva se vincule con que todavía “son muy chiquitos. Esto habla de que ya adquirieron la idea de que hay algo más. Ya saben lo que es la universidad”.
La iniciativa, a su vez, forma parte de un proyecto de investigación cuya dirección está a cargo de la Dra. Ana Jaramillo, rectora de la UNLa. La hipótesis del trabajo es que se puede fortalecer la capacidad de resiliencia de los niños en situaciones socio-económicas desfavorables a través de programas socio-culturales y pedagógicos.
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